Es difícil decir te quiero, pero más difícil es más aún cuando lo que quieres decir es realmente lo que sienes.
Sientes miedo a ir demasiado deprisa, o miedo tal vez a una contestación un tanto poco peculiar, como un silencio incomodo, o estar riendo y de repente estar serios.
Pero que dulce es escucharlo de esa persona tan especial. Es dulce hasta escucharlo en nuestra imaginación, en nuestros sueños... cuando todo es tan perfecto, que no existen ni las horas, ni nada a nuestro al rededor; que no existen el negro, ni el gris.
Dos palabras, ocho letras, tres sílabas, y tan solo tardar dos o tres segundo en decirlo, pero... hace tan feliz a las personas...
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