He muerto, coloquen crespones, callen a los niños, desaparezcan las flores, vacíen el océano, y limpien el fondo; pensé que el amor duraría para siempre: me equivoqué,.
Era mi norte, mi sur, mi este y mi oeste, mi semana de trabajo y mi domingo de descanso, mi mediodía, mi medianoche, mi conversación, mi canción; ya no se necesitan las estrellas, sáquenlas todas llévense la luna y desmantelen el Sol; pues nada volverá a ser igual.
W.H. Auden.